Principio y fin

Vida mía, no era solo una frase, lo sabia, pero lo olvido y se perdió.
Allá van los sueños, las ilusiones y las esperanzas, encerradas en una jaula de cristal que hoy está rota y hundiéndose lenta y agónicamente, con su ave en el interior.
Esa balsa que tenía oculta en mi río, esos remos que estaban guardados y listos para ser usados a contra corriente, hoy han terminado por hundirse, en el lecho de mi raudal.
La confusión no dejó abrir sus ojos
y se cegó a los rayos de esa luz cometa...
a esa luz pasajera y en ello se le fue la vida.
El momento mas agónico que pudiera haber ocurrido,
fue cruzar el punto de no retorno,
al cual alguna vez me referí.
Hoy me encuentro ahí,
enfrentado cara a cara ante tal realidad,
así…. sin mirar mas hacia atrás,
porque ya es demasiado tarde
para revertir el destino que el tiempo
zanjó en mi piel, en mi carne y en mi ser.
Temo por el día del arrepentimiento de ser tan radical, quizás no,
pero mis decisiones son tomadas hoy con seriedad,
serenidad y con altura de miras.
aveces lentas de tomar pero siempre,
siempre definitivas.
El hombre como especie es un eterno arrepentido,
el “cielo” esta lleno de ellos,
por lo tanto sé que puedo llegar a arrepentirme de mi radicalidad,
pero lo tengo asumido.
Ella aun no vive esta experiencia tan intensa de vida,
como yo vivo la mía,
siento que tenga que vivirla, la evite al límite,
morí por ello, coloque mi cabeza en la guillotina,
pero no comprendio mi lenguaje
y no vio aquellas señales
señales que eran alarmas de vida
y que a la postre,
se transformaron en gritos de muerte.
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