martes, noviembre 14, 2006

Introduccion a: la exornada descripcion de un concha de su M...

La propia confección de lo que a continuación se ha escrito, en su génesis, culposa y retorcida, con grados, incluso, de remordimiento, motivan este pequeño “ensayo” que va dirigido a mi propia retrospección.

En momentos tan pretéritos, pero tan presentes y manifiestos en los instantes de soledad que porto, disfruto y siento en mi pecaminosa carne moribunda.

Quizás la mofa y la burla sean parte del primer sentir por parte del lector al cual va dirigido, pero lejos de querer causar esa sensación, la base idea, es haceros contemplar el otoño eterno, con sus luces y sus infiernos, con sus risas y agonías, con el ojo contemplativo de aquel que observa, analiza y escribe sintiéndose muerto.

De pobre y falaz embustero, podría ser tachado, pero no interesa, porque nada importa, porque dentro de la construcción destructiva de mi propio simbolismo, es la que a la postre y al final de cada noche será la que prevalecerá, y esto… todo esto, instalado y radicado, exclusivamente en mi.

Así la percepción que de esto se pueda desprender poco vale si no se siente, si no se ha vivido la perdida de la quimera, la ilusión, la esperanza y no se escucha la voz trémula y quejumbrosa de un alma rota.

Para quien pese a todo lo anterior, aun no entienda, incluso dejo mas en claro el génesis de la idea base:

Es una disculpa encarecida y ofrendada a quienes me han acompañado en estos nuevos caminos penumbrosos y borrascosos, carentes de luz, pobres de fe y sin rumbo ni norte concreto, todo esto a sabiendas del daño que he causado…
Poco mas que agregar, y que la oscuridad empañe tu lectura, solo así podrás interpretar que en otoño, las luces son amarillentas y penumbrosas y que en primavera el sol no brilla igual para todos, que el astro sol lejos de complacer… quema hiere y arranca la piel carne a jirones y que las risas no son sino un acto de desconsolado aullido de funerario dolor agónico.



altazor begins

LA EXORNADA DESCRIPCION DE UN CONCHA DE SU M…! I


I
Muchas veces,
y en reiteradas ocasiones, me he preguntado, cuanto falta para mi muerte…
no elegí nacer, y sin embargo aquí me encuentro vivo… justo aquí.

Respirando y combatiendo las tormentas que se han llevado trozos de mi, maremotos de lágrimas y penas que han terminado horadado gran parte de lo que solía ser, un niño iluso, lleno de fantasías… un niño infante de ilusiones y de reír.

Reflexionar… reflexionar respecto a que? a los oasis yermos y secos por el tiempo?,
a los campos llenos de cardos?, a los mares mustios y salinos que braman dolor y angustia en cada ola azotada en la mente?.
No es maldad…, la auto-destrucción que llevo en carga, es totalmente sanadora, destruir para construir de nuevo… que iluso, que ingenuo, a veces me dejo llevar por la esperanza de que quizás algún día vuelva a sentir al sol en mi piel hoy calcinada.

II

Hay fantasmas en las sombras de los sueños rotos, como quisiera que estos espectros aterrantes se desvanecieran, tal y como las preguntas que nunca tuvieron respuesta, mas… ya no tienen sentido, en el vacío recalcitrante del sentirse ajeno a esta tierra

Varias noches, me he transmutado en noche y cada noche de esas, he olvidado mi pasado agónico y ese presente desnortado que viví, cada noche que he sido noche, he buscado que el viento encuentre mi decadente aspecto mortuorio y silente.

Muchos crepúsculos han pasado delante de mis ojos y cada cielo rojo atardecer, se ha mimetizado con el húmedo universo que de mi extraviada mirada nace.. y se ha perdido en el infinito acaso de la, una vez estrella regente de mis pasos, me refiero al sol.
La ceremonia sepulcral de mis pasos en las mañanas de olvido y el resplandeciente color amarillo y pestilente, amarillo y pestilente de las primaveras, solo seducen aun mas mi funeraria y cosmogónica visión del concepto VIDA !.
III
A veces correr,
a veces detenerme,
a veces sentir goce,
a veces ni siquiera sentir un roce.

Cuesta mucho, salir a flote
y ni siquiera se puede dividir
todo tiene altos costes
y alguien los debe cubrir.

Los pago yo, con carne,
alcohol, dolor y olvido,
y el residual que va quedando en vilo,
me lo bebo con el resto de los sentidos perdidos.

Así va naciendo esta cosa,
no tener un trazo notorio que seguir en paz,
es la carencia absoluta de sentidos,
aunque hay veces que parecieran aparecidos.

Es dolor y es emoción
parte propia de la confusión
es la vida en su expresión virulenta
la que mata lentamente mi conciencia.

Quizás exista un tiempo
donde mis huesos descansen por fin,
mientras tanto vago en el camino
ruta la cual desconozco ha de morir.

La nefasta y critica interna
guía mis palabras de vida abigarrada,
confundidas, DECEPCIONADAS,
sin ilusiones … DESESPERANZADA.
IV
No tengo justificaciones, ninguna… ninguna que me satisfaga por lo menos, la melancolía y la oscuridad de la cual soy dueño, amo y señor, seguiré cometiendo las mismas faltas o quizás, estas se detengan algún día, palabra de hombre muerto que camina, en días de oscuros amaneceres, que desconoce a ciencia cierta.

Quise tanto la vida, porque tenia vida, quise tanto la luz porque sentía en mi que ella manaba a raudales, quise tanto ser eterno, tanto como la misma verdad, tenia tanta fe en todo y en todos, que ahora, fenecido en angustiosos lamentos, sin ruta clara mi camino triste aborrezco.

El recuerdo…. El recuerdo duele, pero no esa remembranza que vanamente podría creerse, sino ese tan entregado a todo, tan dadivoso y que como una diáspora feneció en los confines de su propio universo irreal y fantasioso.
Como un hacedor de nuevos mundos me encuentro, creando tierras, creando abismos y acantilados, mortales, fastuosos, pomposos y tan reales y tan concretos, como lo son las rosas o las gerbéras, así en este mundo que ya no me pertenece ni del cual me siento parte… camino.
V
Así estoy yo, decadente y defensivo, alevoso y desarraigado, ni más de lo que se ve ni menos de de lo que podría imaginarse. Sediento de señales, se tus señales, hambriento de experiencias, perdido funesto y desorientado, sobre todo en las mañanas de este turbio y amarillo estío.

Me oculto tras las mustias copas de vino, me siento como la bandera solitaria en las cumbres de las montañas, o como el cóndor carroñero, que planea en busca de sustento;… mas, seamos claros, sabemos que esto, TODO, pasará en algún futuro incierto, señales no pasajeras, fortaleza al final del camino, resistencia y calma espero.

¿Cómo se fortifica entonces la confianza?... ¿Cómo se vuelve ésta a re-fundar?
¿Cómo se vuelve a decir “yo creo”?,... ¿Cómo se vuelve a tener fe en lo que te ha traicionado? ¿…. Cómo creer en los luceros, si para todas estas preguntas nada tiene forma de verdad,.. Nada en absoluto, es realidad?
Creer en Ángeles es la estupidez más grande que un sujeto puede cometer. Reconocí mi error el día que desperté a la realidad de la humanidad circundante: mi gran pecado, haber creído en la palabra de otros, mi gran culpa, haber endiosado la carne humana, más aun, la del otro género.
VI
Soy el culpable de la forja de mi propio destino, soy el creador de mis propios errores, soy el indicado para cumplir las penas celestial de la estupidez, ¡¡venid ira de Dioses y deidades!!, sé que debo esperar sentado en los crepusculares días que pasan, a que por fin el mundo decida asesinarme.

La mentira, la traición, la sangre y la funeraria forma de ver las luces de la primavera, el camino enlodado de lóbregos recuerdos. La afrenta humana, la entrega y la fe ciega, TODAS ELLAS, erradicadas sin posibilidad de retorno… ¡¡maldito punto de no retorno!!

Aborrezco mi proceder, irremediable, mi tan consecuente y fantasmal mirada critica de la humanidad me condena, soy la afrenta humana hecha verbo, soy la traición sentida en cada poro de mi carne piel pestilente que aún no termina su mortuoria fase de putrefacción.

Soy mi nuevo templo maravillosamente adornado… destruido roído desvanecido.
La descarnada y cosmogónica visión del hombre que hoy escribe, desvanecido en rituales paganos, buscando la expiación de pecados desconocidos y no confesos por desconocimiento… no sabe su tarea en este mundo irreverente y nefasto, su dolor no es mas grande que el de cualquier otro decepcionado.
VII
Es tan triste saberse apagado. Es tan triste manifestarlo y saber que no es por uno mismo, sino, por el repelente mundo que lo circunda, lo envuelve y lo llena todo. Mi sentido de pertenencia se ha esfumado, junto con todos los preceptos y creencias que algún día, mantuvieron viva la llama de la hipócrita fantasía.

Como la hoja que nunca llegará a la tierra, que ya nunca será abono y que permanecerá detenida en un tiempo sin tiempo, pendulante y oscilante, sin jamás por fin poder mutar en otra forma que no sea el estar sustentada en la bastedad de la soledad de días nublados.

El carro triunfal de romanos épicos, ha perdido a sus caballos de tiro, ya las armas han sido extraviadas en la batalla, ya las armaduras roídas por el salino goteo de las manadas lágrimas del invierno han terminado por despojar al hombre de reflexiones llenas de empatía y de posturas condescendientes.

Es la visión exornada de este texto, la razón motor que motiva al hombre a dar explicaciones de sus actos, de sus culpas y de sus descarnadas actitudes de desprecio hacia el mundo hermoso que lo acoge tierno, lleno de trinos de pajaritos y ángeles que cantan cada mañana, en el despuntar de las bellas albas metafóricas, embebidas de yerma y estéril ilusión.