jueves, junio 19, 2008

Rumor hecho eco



Ya iba yo, sereno,
distante de figuras y formas del recuerdo,
alejado de olores, gestos, miradas y sabores degustados, deleitándome de las imperceptibles imágenes que se habían borrado durante este trayecto, y con el tiempo, disipado en el silencio, tal y como la neblina, cuando abandona la mañana.

Iba yo, caminando,
por la precipitada ruta que mi tiempo ha forjado, mis manos esculpido y el pensamiento guardado, mirando hacia donde me dirijo, con sombría mirada y sereno paso cancino, dando miradas de soslayo a mi memorial lapidado, sobre piedra estéril y escrito con sangre, sal y vino.

Iba yo, desarraigado, desapegado, distante y lejano, con la pesadumbre en los pies, pisoteando el barro, bajo el espectral símbolo nocturno de las noches sin estrellas, por entre los laberintos de la mente, deshidratado de anhelos y desoxigenado por el cada vez mas lejano viento, viento que alguna vez mis pieles había con su aliento crispado…, iba yo…

Una mañana, una mañana cualquiera, otra mañana de cielos nublados, un sonido, una frase, pudo ser incluso un desatino, hasta pudo ser una frase bien intencionada, pero cargada de ansias y hambrienta de ser escuchada, retumbó en mis oídos… azotó mi sereno paso, y como un torbellino, como una marejada descontrolada, como un huracán sin destino, remeció la monumental obra que hasta aquella fecha, parecía fortificada.

Era el viento, o la idea de él, que nacida nuevamente desde aquellas palabras, aparecía azuzando las nubes enmarañadas, desenfrenando las marejadas extasiadas, arremolinando la tierra y la escarcha, los árboles y las casas. Ahí estaban las viejas imágenes, como las cartas escritas ayer, como las hojas que flotan en otoño, mientras suspendidas en el espacio , no caen y solo flotan, ahí estaba la imagen perturbadora del pasado, riendo.

Hoy, la lluvia cae, cambia los colores del paisaje y los pinta de gris y de emociones tenues, mas el paso de esas palabras, que mas que palabras fueron un huracán, que lo enmarañaron todo… que lo mezcló todo e hizo estragos en lo avanzado o lo construido… ha pasado, el paisaje vuelve a tomar su gris invierno y todo vuelve a su calma formal de serenidad desarraigada, mas, la calma de la tarde nocturna, me invita seriamente, al cuestionamiento de lo logrado. ¿A que ritmo caigo?, ¿a la velocidad que permite el desenfreno ó estoy suspendido en el tiempo, detenido en el espacio, que me conduce hacia el fondo trazado…, hacia el fin de mis días de caminar cansado?...